Después de dos meses en
Filipinas y habiéndome recorrido gran parte del país, debo
despedirme de este maravilloso lugar. Me voy a conocer otros países
de Asia, pero con la certeza de que volveré mas pronto de lo
esperado.
Makati |
Makati |
Quiapo Market |
Estacion LRT Fast Train, Quirino, Manila |
Durante este tiempo, he
podido disfrutar de sus playas de ensueño, sus selvas, sus zonas mas
salvajes, sus transportes, su comida...y sobretodo, de su gente.
Una gente con la que he
compartido muchas risas y muy buenos momentos. He comido y bebido con
ellos, he jugado, he convivido y aprendido de ellos... dejándome
unos recuerdos que nunca podre olvidar.
Una gente que tienen una
forma de ver la vida similar a lo que yo estaba buscando, y que te
hacen sentir como en casa allá donde vayas.
Filipinas te enamora en
todos sus aspectos. Su comida, marcada claramente por su pasado
español, basada en carnes guisadas con verduras, hace que nunca te
deje a disgusto.
Su idioma, el tagalo, con
mas de 4000 palabras iguales o parecidas al nuestro, el cual cada vez
estoy aprendiendo mas.
Sus transportes, esos
jeepneys con colores extravagantes y con frases hablando de Jesús,
donde te metes con cuarenta personas sin poderte mover, esos
triciclos con esos conductores tan picaros intentando sacarse algo
mas, y que siempre acabas riendo con ellos y pagando el precio del
local.
Un país al que animo a todo el mundo a conocer, para comprobar lo lejos, pero a la vez tan cerca que nos encontramos. Ahora
empieza una nueva aventura, la cual estoy convencido de que va a ser
muy enriquecedora. Mañana cojo un vuelo hacia Hong Kong y luego saltare a
China, donde espero pasar los siguientes dos meses. Voy a
experimentar nuevas vivencias, nuevos sabores, nuevas culturas...pero
siempre con la mirada puesta en el lugar donde quiero estar...Filipinas.
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