6 de enero de 2016

Koh Phayam. La perla del Mar de Andamán



 El pasado fin de año lo fui a pasar a la isla de Koh Phayam, en el Mar de Andamán y fronteriza con Myanmar.
Esta isla sigue siendo aún desconocida incluso para los propios tailandeses, y son muy pocos los que llegan a conocer este paraíso.
Cuando decía donde iba, mucha gente creía que me refería a Koh Phangan, en el golfo de Tailandia, y me auguraban una gran fiesta de la luna llena, rodeado de extranjeros recién llegados al país, pero no era así, mi destino era mucho más tranquilo que la isla de la Full Moon.




Para llegar a Koh Phayam fue una auténtica odisea, no tendría que ser así, pero en las fechas en las que nos encontrábamos, con Año Nuevo al caer, el movimiento de aquí para allá se vivía durante los días anteriores, y por consiguiente muchas plazas aéreas, de trenes y de buses estaban agotadas.

Hacía tiempo que no tomaba un tren en Tailandia y decidí volver a sentir esa experiencia de nuevo, con el trayecto Bangkok - Chumpon (destino para la gente que quiere llegar a Koh Tao). 9 horas interminables con locales sonrientes en todo momento....la otra cara de Tailandia, gente que no es de capital y por lo tanto menos acostumbrados a tratar con extranjeros.
De Chumpon tomé una furgoneta hasta Ranong, cruzando de este a oeste el país durante 2 horas y 30 minutos.
Una vez en Ranong, llegada al muelle para tomar una lancha rápida hasta la ansiada Koh Phayam (40 minutos).




En cuanto pisé la isla, vi que era una isla totalmente diferente a otras en las que había estado antes en territorio tailandés. Se palpaba la calma y tranquilidad a simple vista.
Sin coches, solo con dos caminitos medio asfaltados y estrechos, sin cajeros automáticos y....sin 7 Elevens!!!
Me alojé en un bungalow justo delante de la playa de Aow Yai, la más grande de la isla.
Escuchar las olas del mar y a los pajaros cantar desde primera hora de la mañana era lo que necesitaba para esos días de relax que tanto esperaba.


Llegué justo el día de la fiesta de fin de año, y todos la estaban preparando con muchas ganas. La cena fue más especial que nunca...una cena de Noche Vieja en la arena de la playa con los primeros fuegos artificiales.
La gente se empezaba a concentrar en Bamboo Bungalows, el único sitio donde ofrecía música con DJ y buenos gintonics. Y ahí celebré la llegada del 2016! Bailando en medio de tantísima gente que te hacían brindar el vaso en cada mirada.


Al día siguiente, tenía ganas de recorrer la isla y ver qué había más allá de esa playa que me tenía atrapado. Después de un buen rato recorriendo parte de la selva de la zona interior de la isla, llegué a Morgan Village, un pueblo gitano de pescadores donde viven familias muy humildes. Quedé impresionado con la amabilidad de su gente...




El último día completo alquilé una moto y me fui hacia la parte norte, a la playa de Kwang Peeb. Esta playa es de lo más tranquilo que puede haber en la isla y el agua cristalina hace que no quieras marcharte de allí por nada del mundo.


Este lugar me ha encantado y estoy deseando volver....Espero que no haya cambiado mucho para la siguiente vez que vaya.

Feliz Año Nuevo 2016!!!