La Isla de Siquijor, situada entre las islas de Negros y Bohol, tiene algo diferente a las otras.
Famosa por sus curanderos y chamanes que residen en ella, capaces de quitarte cualquier dolor del cuerpo, ha atraido a mucho turismo de todo el mundo, ademas de personajes importantes del pais.
En esta isla, algo mas pequena que Menorca, se respira una energia especial, a parte de una paz y tranquilidad absoluta. Y no sera casualidad cuando se puede ver que una gran parte de la poblacion anciana, supera los ochenta, algo muy dificil de ver en el resto de Filipinas.
Se dice que no todo el mundo puede quedarse aqui, hay quien lo ha intentado y ha tenido que marcharse, debido quizas a una mala comunicacion con los chamanes o simplemente porque no vendria con buenas intenciones.
Quizas sea por eso que no es un isla sobre explotada, como podria serlo. A lo largo de su carretera principal se pueden ver hectareas y mas hectareas en venta, parcelas gigantescas a pie de playa que hacen plantearse muchas cosas a algunos...
Atardeceres preciosos, como los que jamas habia visto antes, con decenas de pescadores ultimando los minutos de luz natural que quedan, para pescar la cena o la venta del dia.
Unos amaneceres increibles en la misma playa donde he acampado con una tienda, a escasos metros de la orilla del mar, que hacen que te despiertes con una positividad y ganas como el que mas.
En Siquijor se detuvo el reloj del tiempo hace años, la gente lo sabe, y viven mas felices que nadie.
La agradable y sorprendente carretera principal, te hace disfrutar de la conduccion mientras ves unos paisajes de postal.
Llegue al pueblo de Lazi y cogi una pequena bifurcacion, hasta llegar a unas cascadas. Unas cascadas con cuatro mini cascadas mas, en la que cada una de ellas acaban en una piscina de agua turquesa.
Es imposible resistirse a la tentacion de no tirarte a esa piscina de pelicula, nadando en medio de esas aguas, con las palmeras rodeandote...
Sera el destino? |
Evidentemente, ya que habia llegado hasta ahi, quise correr el riesgo. No voy a decir el nombre de la playa por respeto a la gente local, pero os dejo unas muestras en fotos del porque esta playa deberia incluso estar mas protegida.
Nada mas entrar en su casa, me senti muy comodo, como si hubiera estado alli antes. Quizas era la amable cara de la buena mujer o que realmente ya estaba empezando a transmitirme energia positiva.
En ningun momento dude de ella, quizas lleva cincuenta años practicando este tipo de rituales. Yo tenia un poco de dolor en el cuello y espalda y nada mas hacerme sentar, fue directa a esas zonas para intentar aliviarme el dolor. Sin duda, una experiencia inolvidable.
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