Me levante temprano para alquilar una moto y dirigirme al centro de la isla. Queria volver a ver al amigo Tarsier y conocer mas acerca de el, y luego llegar hasta las Chocolate Hills.
El dia empezo soleado, incluso con un calor importante, pero a medida que iban pasando los minutos, el cielo empezo a oscurecerse y a caer algunas gotas, algo que no me preocupaba demasiado.
A 10km de Sevilla |
La cosa se empezo a poner seria cuando me faltaban 20km para llegar a mi primera parada, Corella, el pueblo donde se encuentra el Santuario del Tarsier, el primate mas pequeno del mundo.
El verano pasado lo vi en Loboc, pero esta vez he querido visitarle en este lugar, ya que todo el mundo comenta que es mucho mejor para conocer su habitat y observarlo mas a fondo.
Una vez hecha la visita, he tenido los primeros problemas con la moto, el contacto con la llave no era bueno y no podia encenderla. En el pueblo siguiente al Santuario unos chicos me han ayudado y me han mostrado un truquillo, una especie de puente con unos cables de la rueda. Increible lo que se aprende con esta gente!
Sabia que iba a ser muy engorroso cada vez que quisiese encender la moto, pero aun asi, he querido continuar mi aventura.
Mientras estaba atravesando una fuerte tormenta con fuertes vientos, he tenido que parar en un mercado al estar empapado de arriba a abajo. Me compro una camiseta, un chubasquero y unas sandalias, ya que las mias se habian roto intentando encender la moto, y me dispongo a continuar el camino.
Despues de dos horas, he llegado a Carmen, el pueblo donde se encuentra el Parque de las Chocolate Hills.
Aunque ya habia visto ese paisaje antes, esas colinas alrededor del gran valle, nunca dejan de sorprenderte, asi que me he quedado un buen rato contemplando esa maravilla.
Ya de vuelta, la tormenta amenazaba de nuevo. Ha empezado a llover aun mas fuerte, las gotas pegaban en mis brazos como si cientos de mosquitos estuvieran picandome a la vez, tenia muy poca visibilidad y me veia obligado a parar de vez en cuando, y cuando lo hacia me costaba cinco minutos encender la moto.
Realmente, he estado a punto de quedarme en algun pueblo y pedir ayuda a alguien para refugiarme en su casa, pero me he armado de valor y he preferido continuar.
No podia parar la moto por el miedo a que dejase de funcionar, no pasaba de 30km/hora y la noche se iba acercando...
Han sido cuatro horas de conduccion en condiciones tremendas, pero aguantando el tipo en todo momento.
Sabia que todo iba a salir bien, lo unico que tenia que hacer era mantener la calma y seguir conduciendo.
A falta de cinco kilometros para llegar a mi hostal, en Alona Beach, la moto ha dicho basta y me he visto obligado a abandonarla.
Un triciclo, al verme solo y desamparado en el porche de una iglesia, me ha recogido y me ha llevado. Le he dado una buena propina y los dos nos hemos despedido contentos.
Con esta aventura, he aprendido dos cosas, una es que hay que revisar bien la moto antes de alquilarla, cosa que ya hago pero hace falta mas, y la otra, es que por muchas adversidades que pases nunca debes perder la positividad y pensar siempre en el lado bueno de las cosas.
Ahora ya tranquilo en el hostal tomando una cerveza y fumando un cigarro, pienso en el dia de hoy, y... lo volveria a repetir sin ninguna duda!
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