14 de julio de 2013

Laos. Naturaleza en estado puro


Laos no deja de sorprenderme en cada paso que doy.
Puedo estar en el lugar más turístico del país, lleno de extranjeros en busca de fiesta, y de repente encontrarme en un poblado en medio de la nada, donde eres observado por cada uno de sus habitantes mientras caminas por sus polvorientas calles.

Siguiendo mi ruta hacia el sur del país, el siguiente destino después de Luang Prabang era Vang Vieng, un pequeño pueblo de 25.000 habitantes en la falda de las montañas.
Es el lugar donde todo turista con ganas de fiesta, alcohol y demás, se concentra desde por la mañana con el único afán de emborracharse.
Una actividad llamada "tubing" es la razón por la que muchos de ellos visitan Laos.
Se trata de descender el río con un flotador mientras te paras en alguno de los bares que encuentras a los lados. La combinación de alcohol y gente en el agua solo ha dado que problemas, pero aún así, viajeros de todo el mundo vienen a probarlo.

 

Viendo ese panorama, lo mejor que podía hacer era escapar de todo aquello, así que me fui a recorrer los alrededores. 
Después de unos cuantos kilómetros conduciendo por caminos empedrados y pasando por campos de arroz, mientras te ves rodeado de unas montañas cubiertas de niebla, llegué a un poblado de unas diez casas.
Me senté en el porche de la única tiendecita que había, y me quedé observando la vida de ese lugar. Claro está, que las pocas personas que vivían allí, hacían lo propio conmigo, y en menos de quince minutos ya se había formado un corro de gente a mi lado.

Naxaysabang
Hospital de Naxaysabamg
Saliendo del pueblo, vi un grupo de chavales que estaban jugando a volleyball en un auténtico patatal, cerca de la escuela. Me acerqué y me puse a jugar con ellos. Deporte y risas durante un buen rato, hasta que me di cuenta que debía volver, ya que la noche se iba acercando, y tenía 30km por carretera infernal por delante.

 

De Vang Vieng llegué a la capital, Vientián. Allí pasé dos noches, muy cerca del paseo marítimo del Mekong, donde pude disfrutar de largas caminatas de arriba a abajo viendo la puesta de sol.
Vientián no tiene muchos puntos de interés, pero sí un gran templo, siendo visita obligada para todo visitante a la ciudad.



 
Arco de Triunfo de Vientian
Mi principal motivo de estar en la capital, era solicitar el visado tailandés en la embajada, así que pasé alguna que otra hora ahí, esperando mi turno. 

Tenía ganas de llegar a un pueblo tranquilo, sin turistas. Mirando el mapa me decanté por Savannahket y en algo menos de diez horas, me planté ahí.
Savannahket parece un pueblo fantasma; muy poca gente por sus calles, edificios antiguos con tiendas cerradas, otros edificios en ruinas...y una iglesia católica relativamente moderna, que sorprende nada más verla.

 

Me habían hablado de un par de lagos a visitar en los alrededores, y eso hice, agarré una moto y empecé la ruta.
Como sabía que el último era el más dificultoso para llegar, decidí ir primero a ese.
En cuanto llevaba 2km de camino impracticable, me vi obligado a aparcar y seguir a pie por la selva. Más que nada, porque la moto se me quedó en medio de un charco cubriéndola por la mitad. Hubo un momento que ni para atrás ni para adelante, pero con paciencia y algo de suerte, conseguí sacarla.

 
 

Una vez llegué al lago, vi que todo el esfuerzo había valido la pena. Tenía ante mi una maravilla de paisaje mientras disfrutaba del silencio que todo aquello me ofrecía.

 

A la vuelta, pasé por el otro lago para ver el atardecer y regreso hacia Savannahket.
La última sorpresa del día estaba por llegar. La moto decidió pararse justo a la entrada del pueblo, así que tuve que caminar un poco hasta que un amable tuk-tuk me acercó a donde la había alquilado.
Después de diez sufridos minutos intentando explicar mi problema al propietario, haciendo uso de algo de mímica recordando mis mejores días en China, y con mis grandes dotes artísticos dibujando un mapa, conseguí que me entendiera y fuimos en su búsqueda.

Muy buenas sensaciones en mis primeros 10 días en Laos, me ha ido cambiando la visión que tenía con el primer día que llegué.

El camino continua...














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