29 de mayo de 2018

Singapur. Lujo asiático


Todavía no sé por qué no había visitado Singapur en los ya 6 años que llevo viajando y viviendo en Asia.
Realmente nunca me había llamado la atención y prefería conocer otros destinos del continente asiático, pero finalmente me decidí a pasar 3 días en Singapur con la total seguridad de que la visita no me dejaría indiferente.

Singapur es una ciudad-estado con algo más de 5 millones de habitantes y en la que podemos encontrar una diversidad cultural enorme desde la llegada al aeropuerto de Changi.
el 75% de los nativos son chinos y el resto, minorías de malayos o indios, aparte de la cantidad de extranjeros que residen.

Singapur tiene el PIB más alto del mundo y junto con Hong Kong, Taiwan y Corea del Sur, está considerada como uno de los tigres asiáticos.
La ciudad es moderna, ordenada, limpia y perfectamente conectada con todos los barrios y zonas más importantes.

Tenía muchas ganas de empezar a conocer, así que el primer día comencé muy temprano por la mañana con la primera visita, Chinatown.
Después de visitar otras Chinatowns en diferentes países del mundo, debo decir que esta no me pareció tan interesante como las otras, pero todavía se pueden encontrar algunos rincones que valen la pena.






Seguidamente, me dirigí al Monte Faber para tener la mejor panorámica de toda la ciudad, ya que es el punto más alto de Singapur. 
Unas excelentes vistas en las que se pueden ver la cantidad de rascacielos que tenemos alrededor.

 


Más tarde me planté en Little India, un lugar en el que te da la sensación que has cambiado de país en cuestión de segundos.

Casas bajas y de colores, lugares para tomar té Masala, indios por todas partes que no dejan de observarte ni un segundo con sus penetrantes miradas...
Little India me pareció un lugar muy interesante para perderse y dejarse llevar por sus calles.



Por la tarde, fui a visitar uno de los lugares más famosos del mundo, el hotel Marina Bay Sands, un hotel de lujo con unas vistas magníficas desde su restaurante Ku De Tá, en la planta 57.
He estado en varios bares/restaurantes en las alturas en Asia, pero realmente este está en el top 5, sin duda.
Evidentemente, los precios de las bebidas no son nada baratas, pero vale la pena.

Al caer el sol, la iluminación de los edificios sobre la bahía es de pura postal, por lo que un paseo nocturno alrededor de ella se convierte en algo impagable.
El lugar más famoso que encontramos en el paseo es el Merlion, un león de piedra apuntando a la bahía, teniendo justo delante el poderoso hotel Marina Bay Sands.
El león es el simbolo de Singapur. Singha significa león y Pura es "ciudad" en malayo, por lo que es conocido como Singapura, ó Singapur en nuestro idioma.





Al día siguiente, me dirigí a la Isla de Sentosa, una isla situada al sur de Singapur.
Sentosa es un lugar turístico y centro de ocio con varias playas, resorts, restaurantes y bares, y sobre todo un sin fin de actividades para hacer, como zippling, surfear con olas artificiales en una piscina y mucho más...
Para llegar a Sentosa se puede tomar un teleférico que une las dos islas y desde donde se puede ver todo el complejo desde lo alto, para ir haciéndote una idea de donde estás llegando.


Fueron 3 días sin parar de visitar, realmente sería el máximo de tiempo que le daría a la ciudad para que dé tiempo a conocerla bien.
En Singapur tienes de todo y con mucho lujo, pero también puedes encontrar sitios baratos para comer como en Chinatown o Little India.
El transporte es relativamente barato y no es necesario tomar taxis.
En definitiva, Singapur me ha gustado y estoy seguro de que volveré.




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