26 de octubre de 2015

Vietnam. Visita a Ho Chi Minh (la antigua Saigón)



Durante mi gran viaje del 2013, Vietnam siempre estaba en mi mente para visitarlo. En mi etapa de China, iba pensando en que iba a ser uno de mis próximos destinos, incluso me había marcado una ruta para hacer.

Al final, un cambio en mi rumbo, hizo imposible que pudiese llegar hasta este impresionante país.

Ahora en la actualidad, viviendo en Bangkok, decidí pasar unos días en el Sur del país, concretamente en Ho Chi Minh. 
Siempre que salgo de Bangkok, lo hago pensando en que quiero escapar del tráfico agobiante que vive la ciudad constantemente. Esta vez, no ha sido posible dejar atrás los atascos, ya que Ho Chi Minh, con sus casi 8 millones de habitantes tiene uno de los peores del planeta.
No lo llamaría atascos exactamente, si no una marabunta de motos que vienen y van por todos los lados posibles de la calle, que hace que cada cruce que hagas a pie, sea un reto para uno mismo, con esa sensación de victoria cuando has conseguido llegar al otro lado de la calle después de haber esquivado cientos de motos.

No solo existe la pesadez de verte envuelto entre cientos de miles de motos diariamente, también los cláxones que no paran de sonar te persiguen allá donde camines.


El primer día entero que pasé en la ciudad, tenía ganas de salir a hacer una excursión a las afueras, así que me dirigí a Cu Chi, para ver los famosos túneles.
Estos túneles construidos por los comunistas vietnamitas, jugaron un papel de gran importancia en la resistencia que el Viet Cong tuvo con las tropas de Estados Unidos, y en donde finalmente tuvieron éxito, derrotándolos.


Los túneles fueron utilizados por las guerrillas del Viet Cong como escondites durante las batallas, pero también para rutas de comunicación y suministros, hospitales, almacenamiento de alimentos, armas y alojamiento de un gran número de guerrilleros. 
Al día siguiente, tocaba hacer una ruta por la ciudad y conocer los puntos más turísticos.
En primer lugar me dirigí hacia el mercado de Bến Thành. En este mercado podremos encontrar todo tipo de souvenirs, ropa y comida. Resulta un poco incómodo para aquellos que no están acostumbrados a que les atosiguen para que compren, pero es un lugar obligado para visitar.

Seguidamente me dirigí hacia la Catedral de Notre Dame, construida por los colonizadores franceses entre 1863 y 1880, con 58 metros de altura. Para mi gusto, la catedral es preciosa por fuera pero por dentro no tiene nada a destacar.

Justo en frente de la catedral, se encuentra la oficina de correos central, un lugar muy visitado, por su bonito estilo francés.
A continuación, llegué hasta el Museo de la Guerra. En este museo se puede ver una amplia exposición de fotografías que demuestra los crímenes de guerra que cometieron los Estados Unidos durante la Guerra de Vietnam.
Algunas de estas fotografías, son realmente impactantes, ya que son de los efectos del Gas Naranja en la población vietnamita.
Para acabar el tour por la ciudad, visité el Palacio de la Reunificación, un Palacio lleno de habitaciones donde se han reunido varios presidentes mundiales.
En la parte de abajo del Palacio se encuentra el bunker, lugar de operaciones durante la guerra.


Ese día terminé destrozado después de 8 horas caminando por la ciudad y sorteando motos cada vez que cruzaba una calle.
Mi último día completo en la ciudad tenía claro que quería dirigirme al Delta del río Mekong.


Llegué hasta My Tho, lugar donde se encuentra el muelle para tomar un barco y moverse alrededor del río.
Un paseo de unos 15 minutos hasta llegar a Ben Tre, una pequeña isla rodeada de cocoteros y selva. Allí se hacen los famosos caramelos de coco, donde se ve todo el proceso de producción.

En ese mismo lugar también uno se puede hacer fotos con serpientes mientras se hace tiempo hasta llegar al próximo destino, la Isla de Phoenix, donde te dan un almuerzo bastante bueno.
Para acabar, se llega a la isla del Unicornio, donde nos subimos a unas balsas y nos cruzan los canales, pasando por el medio de la selva.

Vietnam me ha encantado. Solamente he conocido una muy pequeña parte del país, pero lo suficiente como para hacerme pensar en volver y conocer otros lugares.
Su gente, su comida exquisita... He vivido Vietnam por unos días y con ganas de vivirlo de nuevo pronto!


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